Cada kilómetro de franja costera, arrecifes y bosques secos de Illescas es hábitat de cientos de recursos naturales endémicos, y cada vez más, de especies en situación de amenaza. Ante esta preocupación, el Ministerio del Ambiente la declaró zona reservada, un paso previo al nombramiento de reserva nacional.
La importancia de este paraíso no es poca: El lugar alberga enormes poblaciones de lobos marinos, pingüinos de Humboldt jóvenes y adultos y peces como el lenguado, mero, chita e incluso langostas. Todos ellos forman parte de un banco natural único, donde confluyen corrientes de aguas frías y cálidas.
Estas características han permitido que especies como el cóndor andino, las nutrias y los flamencos abunden. El Comercio llegó esta semana hasta La Lobera, zona donde se puede apreciar de cerca la convivencia de decenas de especies marinas.
El bosque seco también es parte de Illescas. Roberto Cañamero, representante de Ecoplayas, indicó que el algarrobo, sapote, aromo y las cabras, burros, reptiles y zorros son comunes en esta frondosa zona. Ecoplayas es la organización que presentó el proyecto de zona reservada.
El chinchorro es una violenta práctica de pesca con redes de grandes dimensiones arrastradas por medios mecánicos o por grupos grandes de personas. Este es el principal problema de Illescas.
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No pensar que os habéis equivocado al acceder al blog, o que el menda sufre desvaríos por insolación u otras causas. Se trata sencillamente que este reportaje corresponde a la península de Illescas en Perú, y por la curiosa coincidencia lo he traído al blog.
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