Una tertulia mas debatida de lo habitual
Eramos doce al terminar la reunión, alguno
menos al empezar, pues hubo quien se incorporó tarde, debidamente justificado.
Estábamos como siempre en “las Cadenas”, donde habíamos empezado a las 20 h
casi exactas.
El primer debate se produjo sobre la medicina
occidental que fué calificada por alguien como sometida completamente a las
empresas farmaceúticas. Por ello, en lugar de prevenir, solo cura por medio de
medicinas elaboradas en lugar de utilizar métodos que han dado resultados en la
llamada medicina tradicional.
Se produce una animada discusión, en la que
abundan las anécdotas personales, criticando el grado de especialización a que
se está llegando, de forma que parece que no preocupa la salud total del
enfermo, sino solo la curación de la enfermedad que ha dado lugar a la
consulta. Pero se hace notar que el aumento espectacular de la esperanza de
vida de los países occidentales no para de aumentar, pese a la existencia de
errores y problemas que sería inútil negar, como el caso reciente de la vacuna
contra la gripe, que luego se demostró mucho menos peligrosa que lo previsto.
Esto lleva a la discusión sobre la eficacia de
las vacunas que yo me permito calificar de infantil pues ahí están la viruela,
el tétanos, la poliomielitis, etc, enfermedades prácticamente erradicadas... Y
otra vez se me contesta sobre todo, con anécdotas personales.
La siguiente discusión se produce al considerar
yo, que las afirmaciones contenidas en el capítulo segundo del libro de Romo
“Historia de Illescas” no son creíbles, al apoyarse básicamente y sin dudar de
su veracidad, en el texto de un curioso libro del siglo XVIII conocido
abreviadamente (el título real ocupa dos renglones) como el “Sacro Paladión”.
Fue escrito por un fraile que no merece el menor crédito pues se permite dar
una fecha exacta de la creación del mundo, sobre la que se apoya para dar otra,
también exacta (solo le falta dar el mes...) de la fundación de Illarcuris que
asegura era nuestro nombre en la antigüedad.
Alguien alude a otro monje inglés del siglo XVI
que también fijó una fecha exacta de la citada creación del mundo, y también a
los curetes (personajes originalmente mitológicos) que según el Sacro Paladión
fueron los fundadores, que habrían venido de oriente y desembarcado en
Tartesos. Intento convencerle de la importancia de los datos científicos y en
general sobre la posición de la ciencia de desconfiar de todo lo que no haya
sido comprobado y confirmado por otras ciencias paralelas. También se habla de
la introducción del cultivo del olivo en España que parece fue obra de los
fenicios...
En mis notas aparece una que dice ”extraña
leyenda de la pernoctación de Illescas”. No sé qué he querido reflejar con
ella. Espero que en la próxima reunión alguno tenga mejor memoria que la mía.
Se aportan también fotocopias de un artículo de
Pérez Reverte sobre el agradable sonido de las máquinas de escribir
tradicionales, con el rápido teclear, roto periódicamente por el timbre del
cambio de renglón, para “desacreditar” el cuasi silencio con el que se escribe
en los ordenadores.
Se pasa después a considerar una cuidada página
de Internet , llamada “Casa Montero” por el sitio del yacimiento, dedicada a
una mina de silex prehistórica y cuya presencia externa es sumamente parecida a
la de los campos de silos tan frecuentes en nuestra región. Y también da lugar
a manifestaciones sobre la desconfianza en la ciencia, ya que en toda la página
no se alude para nada a dichos hallazgos, estando tan cerca, ya que Casa
Montero está en buena parte enterrada
bajo la M-50, cerca de Vicálvaro. Lo justifico diciendo que la página es
más turística que científica y que lo que faltaría es estudiar si los que hemos
considerado campos de silos no tenían también aquella finalidad, dada la
importancia del silex como material para las herramientas de los primitivos.
Cambiamos de tercio, y dice Juan que ha comido
recientemente con Bautista, un sobrino del último ordinario que tuvimos en
Illescas. Le ha dicho que él acompañó a su tío en los viajes nocturnos en que
se trasladaba a Madrid una vez por semana para llevar mercancías y hacer
encargos. Hemos buscado la palabra en diccionarios e Internet, y no aparece mas
que como adjetivo, mientras que la función que realizaba se asigna a los que
llaman cosarios. Ordinario es lo contrario que extraordinario o excepcional y
de ahí que hayamos pensado que podría tratarse de una concesión administrativa.
Pero de momento no hay ninguna constancia. En Internet dedican un cierto espacio
a ellos y los consideran como herederos de los “recoveros” que llevaban los
huevos de gallina a las ciudades. Recogen una anécdota sobre el tratamiento que
daban a los encargos que no habían depositado en dinero necesario para
cumplirlos...
Nos dejamos llevar por los recuerdos: el grito
callejero del mielero y del calero, la siringa del afilador, y Claudio, que
venía periódicamente en tren e iba vendiendo tejidos por las casas.
Aludo a que una oyente de nuestra emisión
radiofónica, me pidió habláramos de su abuelo, Villaseca, que se dedicaba a la
artesanía de la madera tallando imágenes. E interviene Felix, que el mismo era
ebanista y comienza a hablar de los distintos autónomos que trabajaron la
madera en Illescas, Pichi, Pelayo, Macario y, como algo distinto, pues era
original, José del Toro que muy recientemente ha hecho una imagen de Santa
Beatriz de Silva para la Concepcionistas. Parece que los primeros fueron los
apodados ”los Espíritus”, porque tenían el taller en el camino del cementerio
viejo, que vinieron de fuera y enseñaron a los demás.
A la
vista de ello, propongo y se aprueba que hagamos un estudio de las industrias
que funcionaron en Illescas hasta el 1970 pidiendo en la radio y a nuestros
amigos, colaboración para redactarlo. Se citan, además de las cerámicas y las
fábricas de sillas, estas últimas dando trabajo como barnizadoras a muchas
mujeres, la fábrica de bolsos, la de gafas, de lejía, los laboratorios
Guadalupe... En cambio, nunca que sepamos, se han fabricado en nuestro pueblo cacharros
de barro, extraño dada la abundancia de buena arcilla.
Sobre la ladrillera Rial, cuentan que el
propietario era un alemán, el Sr Koplovich que cuando ya mayor, paseaba por la
fábrica y observaba alguien que no trabajaba, le daba un bastonazo, por el que
luego le pedía perdón y le daba una peseta de aquellos tiempos... Así los
obreros, cuando le veían venir simulaban zanganear, ya que el premio compensaba
el castigo, nunca muy fuerte.
Planteo después la duda sobre el origen de los
pequeños pinares que se repiten (salvo en Illescas) todo lo largo de la antigua
carretera Madrid Toledo. He oído que podrían provenir de la Fiesta del Árbol,
durante la II República, plantados por los niños de las escuelas para
inculcarles el amor hacia ellos, pero no tengo noticias fidedignas. Alguien
dice que podrían ser de Obras Públicas
para adornar la carretera a intervalos fijos. Y se piensa también que pueden
ser de la época de la Dictadura de Primo de Ribera.
Con ello nos dan las diez y después de pagar la consumición,
yo hago constar que sigue habiendo en caja 4,50 €, y quedamos para el día
29, a las doce, en la Radio y para el jueves 13 de diciembre, a las ocho de la
noche en Las Cadenas. Se os espera (incluso los que vienen faltando)
numerosos.
Interesante esa tertulia, curiosidades y anecdotas en definitiva que seguro que os hace pasar el tiempo volando y con ganas de más.
ResponderEliminarPor cierto la talla de santa beatriz, sin comentarios, demasiado color azul intenso.
Saludos
Pablo