Querido tocayo.
Como creo ver una alusión a mi llamada a la racionalidad, hace unos días, en
este mismo foro, me creo obligado a comentar tu entrada en el blog. Y
efectivamente tu repulsa a la ciencia y al rigor dificulta mucho que podamos
entendernos.
Tres
veces, y una cuarta, después de impreso, (a lo que he tenido que recurrir para
poderlo leer por partes), no me permiten comprender qué clase de mundo es el
que citas, que debería mantenerse en equilibrio por medio de la energía llamada
Amor, así con mayúscula, como lo escribes tú.
Y es
ya en este concepto de Amor donde me pierdo... Parece que según tú, seriamos
Seres Superiores y naturalmente tenderíamos a una relación (que podría llamarse
así) con nuestros nietos para que ellos pudieran vivir en una Sociedad
Armónica. ¿Seres Superiores con respecto a quién? ¿En qué consistiría esa
relación casi milagrosa?.
En cuanto a la Sociedad Armónica la defines en sentido
negativo: enumeras lo que no habría en ella: Naciones – y consecuentemente fronteras y ONU. Sin poder de nadie sobre nadie – y consecuentemente sin ejércitos,
ni gobiernos, ni bancos y, menos consecuentemente, sin dinero que no se puede
calificar propiamente como un poder en la línea de los otros, y sin religiones, para ti, parece, lo más importante.
Lo de Bilderberg, lo he tenido que mirar en
Wikipedia. Por lo que he encontrado, no parece que sean tan peligrosos sus
miembros, pero tampoco que fuera a mejorar mucho el mundo si no existieran.
No es
fácil imaginar la desaparición de todo eso que se ha ido creando y perfilando a
lo largo de la historia, sobre todo, cuando no queda nada claro que es lo que
habría de sustituirlo. Simplemente que sin todo eso, los humanos del Universo
(no está demostrado que haya otros seres inteligentes fuera de nuestro planeta
y lo que no es probable es que, de existir, se les pudiera calificar de
“humanos”) podríamos dedicarnos
a crecer y evolucionar como Ser Superior. ¿Es tan claro que libres de
presiones, íbamos, como grupo y como fruto de nuestras reflexiones, a
configurarnos como seres de una especie mejor? ¿Y otra vez, mejores qué quién?.
¿Cada vez más superiores?. ¿Qué instituciones tendríamos que poseer para que el
mundo funcionara en esa línea?
Como
ves, no paro de preguntar, Te expresas con un lenguaje tan alejado del que
utilizamos la mayoría que casi cualquier palabra necesita matizar el concepto
que tiene detrás.
Pero
vamos a bajar a la actualidad mientras llega ese otro mundo. El centro del universo, desde el punto de vista inteligente,
creo que lo somos – la humanidad - pues todo el resto, por enorme que sea y por
ahora, es objeto de pensamiento y no sujeto. Celebramos auténticos descubrimientos que alejan cada vez más los límites de
la ciencia y nos congratulamos de ellos y, quizá una minoría demasiado
reducida, también nos damos cuenta del riesgo de que precisamente sean
empleados contra los hombres...
Probablemente
cuando te calificamos de radical es porque no entendemos más que lo que
expresas claramente en términos habituales.
Por ejemplo prescindir de la medicina oficial o considerar falsa la
historia universalmente admitida. Explícanos por favor que demonios quieres
decir, cuando das a entender que si expresamos nuestros sentimientos o
pensamientos queremos impedir
que la Energía del Amor desborde la sociedad.
¿Se
te puede llamar simplificador si calificas de corrupto todo nuestro sistema de vida, si
es que es a eso que te refieres al hablar de sistema? Y después lo redondeas diciendo
que está compuesto de poder y
manipulación desde el
principio de los tiempos.
No
quiero pensar que quieras ofendernos. Pero la impresión al leerte no es muy
favorable para nosotros, al menos para mí. Debes tener una concepción de la
vida muy completa que se nos escapa.
He contado los
signos de interrogación y me salen siete. Aparte de los otros párrafos en que
sugiero explicaciones alternativas sin base para ello.
Eres
un elemento clave en la tertulia y no parece razonable que estemos enfrentados.
Te
ruego que aceptes dedicar una sesión especial extra de ella a contarnos el
cuerpo de doctrina que seguramente tiene que haber detrás. Espero que aceptes y
nos hagas soñar contigo en esa utopía del amor
y la armonía que pareces
proponer.
Fernando Elena
Díaz
Perdonen mi osadía, Don Fernando y viceversa, por inmiscuirme en su estrambótica refriega, pero, a mi exiguo entender, todo radica en el enfrentamiento del socialismo utópico de Fernando Unamuno y el científico de Fernando Gasset.
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