Aquella tarde de otoño de 1995 en la sala de conferencias de
Caja de Ahorro Provincial de Toledo, nadie se imaginó que la iniciativa de
algunas de las personas que nos juntamos
en torno a Francisco Romo De Arce Torrejón
y a la presentación de su libro “Historia de Illescas”, pudiera
tener la trascendencia, al menos por su continuidad, que ha logrado la decisión de iniciar el camino de lo que, con el tiempo, ha ido conformando
La Tertulia de Illescas.
Veinte años, si, podemos decir que mientras nos reuníamos el
primer jueves después del segundo miércoles de cada mes , ha pasado casi la cuarta parte de esta
existencia y ello ha supuesto, en lo que a mi caso se refiere; pasar de
ser un joven papá y profesional de éxito a
un joven jubilado y también joven abuelo.
Quiero aquí pararme un momento y expresar lo que ha supuesto
para mí ser abuelo: Cuando
uno hace balance de su vida es difícil quedarse con lo que ha podido ser
mas importante, desde el punto de vista del Ser Humano y de sentir la
Energía Amor cuando, desde siempre, se ha sentido inmerso en ella pero, si tengo
que hacerlo, me quedo con que ser
abuelo esta siendo la experiencia mas
importante de mi vida y también la de mi compañera en esta existencia.
Veinte años, si, en
los que han cambiado muchas cosas a pesar de ser un corto periodo de tiempo si
lo miramos desde la visión de la
historia. Disciplina ésta que es prácticamente el motivo de vida de nuestra
Tertulia y particularmente todo lo que sea obtener alguna información o dato, por pequeño que sea, que suponga saber algo más acerca de
Illescas, y de sus gentes del pasado.
Hasta hace pocos meses hemos disfrutado de la participación del autor de nuestra obra de referencia
“Historia de Illescas”, nuestro amigo Paco
Romo que durante estas dos décadas, nos
ha fascinado con su memoria y conocimiento de nuestro pueblo. Curiosamente es esa facultad, para mi envidiable, la que ahora le falla, la memoria y ello supone no poder compartir con él sus
recuerdos, datos y chascarrillos que
estoy seguro que todos echamos de menos.
También y a lo largo de estos veinte años, me felicito por haber
tenido la oportunidad de conocer a
compañeros que, unos desde el principio y otros que se han ido
incorporando, han aportado a mi vida
cosas importantes como pueden ser: ideologías, convicciones, costumbres,
aficiones, filosofías, etc., que siempre han supuesto para mi aprendizaje y experiencias
difíciles de borrar.
Es muy curioso que con discrepancias importantes sobre los
temas de discusión que a mi me interesan
y los que realmente tratamos, siempre me
he sentido muy cómodo colaborando en esta Tertulia, básicamente por sus
componentes a los que quiero y
estoy orgulloso de contar con su amistad. Pero esto, quizás, sea motivo de otro artículo.
La tertuIia es como la familia Sinclair que, o por falta de adaptación a los nuevos tiempos o por la inesperada caída de algún artilugio procedente del más allá, acabará extinguiéndose.
ResponderEliminarY yo, Fernando a secas por no tener estirpe ni título que don me diera, que no me caído de un Almendro ni me Alejo de la verdad tanto como usted quisiera, os digo que tan exitosa carrera tuvo lugar desde esta villa realenga hasta donde Cervantes perdió la espuela, no antes de arruinar la existencia a varios Seres Humanos con sus amoríos eternos por las cuentas,
ResponderEliminarParece ser que ahora de estos detalles históricos poco se acuerda y es menester recordarlos para que no tropiece en la misma piedra.