Poco
fructífera a mi juicio: Tertulia del 9 de febrero de 2017
Estamos 8 cuando son las 20h 10' del día de la fecha en el sótano del Hotel Real de Illescas. Después se incorporarían otros dos. Excusamos a Emilio cuya esposa ha fallecido recientemente al tiempo que le acompañamos en sus sentimientos. También se han excusado por distintas causas María, Yolanda y Mariví, así que andamos escasos de mujeres.
Cuando llego se está hablando de cualidades de los distintos tipos de cerveza, sin que lleguen a formalizarse opiniones que pueda recoger.
Después empezamos a comentar las calles de Illescas y nos planteamos quién era Joaquín Altolaguirre que tiene dedicada una en la zona norte del casco antiguo. Dice María Luisa, que era vecina suya, que era el esposo de doña Concha "la andaluza" (también muy amiga de mi madre) pero que desconoce su profesión y la causa por la que se le dedicó una calle. Internet no ha aportado nada, aunque hay un poeta con el mismo apellido. Se alude a que en él (internet) se ha encontrado datos de un ingeniero de nombre José y además de una señora a la que nadie conoce llamada Carolina Altolaguirre Guisasola que formó parte de una mesa electoral de aquí en el 1969. Parece que fue en esa fecha aproximadamente cuando se puso la placa del nombre de la calle. También dice María Luisa que en esa misma casa (la que cierra la plaza de Cisneros) vivió mi tío, el doctor Ángel Carmena (casado con alguien mucho más joven que él de nombre Isabel) que después se traslado a ejercer en Baena de Córdoba, donde (aporto yo) en Semana Santa se enfrentan a base de tambores, los "colinegros" y los "coliblancos". Habría que solicitar a Mónica, la archivera que busque mas información de cuando se le dedicó la calle.
Reparto luego croquis de la zona al sureste del arco Ugena, donde se producen cinco adarves, es decir calles que no tienen salida, en un espacio relativamente restringido. Se me hace notar que dicho espacio contenía tierras de varios propietarios que las fueron construyendo sucesivamente para obtener su mayor edificabilidad. No existía entonces en el Ayuntamiento una planificación que hubiera hecho más lógica la urbanización de esta zona del pueblo. El adarve, invento de las ciudades árabes para permitir grandes manzanas, ganando seguridad pues su entrada se cerraba por las noches, ya está representado en Illescas por los de la Graja, el Corralón y el Tesoro que recordemos. También se alude como original, a la calle Herradura cuyo trazado de esta forma aproximada, tiene dos accesos a una única calle.
Tengo después registrado en mis notas las palabras "Godo" y "Se llama el paño francés" cuyo contexto no recuerdo. Un poco más adelante ocurre igual con las palabras “La mezcla de matemáticas con la vida. 364 escalones”. Se piden excusas (me voy haciendo viejo) y colaboración para el que recuerde de lo que se habló.
Pasamos después a ver en una "tablet" el caprichoso trazado de las calles Gaudí y Ancora que confluyen en medio de las tierras de labor en un un conjunto de construcciones con algo de arbolado (es lo que se ve desde el camino y en Google maps) cuya existencia debe ser lo que justifica dar el nombre de calles a los que son dos caminos sin la menor urbanización que convergen allí al sureste del pueblo. Fernando Alejo sugiere que pudiera ser una fábrica de botones de alguien con nombre italiano (¿Cocalini?) que, al construirse la autopista de Toledo, que pasa cerca, se trasladó a otro polígono industrial. Por qué se les dio el carácter de calle se ignora, aunque se añade, que también ocurre lo mismo con la calle de Miguel Delibes.
Aporta Miguel Ángel que en las puertas de las murallas solía haber un espacio despejado a su izquierda. La razón: los escudos se han llevado históricamente siempre en esta mano y las espadas en la derecha. Y genera una discusión pues parece que han existido espadas que sólo servían para pinchar, no para cortar y otros detalles que no recuerdo. Despierta general escepticismo una cita de Miguel Ángel diciendo que los soldados (¿íberos?) portadores de espada llevaban al lado dos auxiliares para arreglársela en caso de que se deformara...
Se comenta la curiosidad de que se diera el nombre de Illescas a un hermano del inca Atahualpa y se justifica porque su nombre era Quiliscacha que el cronista estimo complicado castellanizándolo con el nombre de nuestro pueblo. Cuento yo la historia de Pedro Illescas que ya ha sido objeto de atención en la tertulia. Esclavo negro, naufrago en las costas del actual Ecuador en el siglo XVII, llegó a alcanzar tal poder en las tribus locales que el Virrey tuvo que pactar con él y darle un gobierno al no poder vencerle.
Rozando las normas internas de la Tertulia, alguien profetiza que los musulmanes volverán a mandar en España dada la diferencia de las tasas de natalidad con la actual de las españolas. Todo ello en relación con la presencia de esclavos negros en la baja Edad Media.
Se leen los párrafos que dedica Romo a la idiosincrasia de los illescanos sin que se produzcan comentarios. Y volvemos al tema de las calles. Se han producido cambios en su nomenclatura incluso después de la publicación de su libro. Yo aprovecho para informar de mi visita al Alcalde como primer firmante de la instancia en que solicitábamos una calle para Romo. En nombre del equipo de gobierno me comunicó que tenían la decisión de cambiar las placas de la calle de la Lechuga, por unas nuevas en las que figurara dicho nombre pero añadiendo debajo “dedicada a don Francisco Romo de Arce Torrejón”, procedimiento que desean se convierta en habitual (como ya viene siendo en otras poblaciones) para honrar la memoria de quienes se pretenda destacar. El acuerdo merece la aprobación de los contertulios y con ello queda también zanjada una discusión (por mensajes informáticos) que se produjo con Felipe por la redacción del acta anterior respecto del adjetivo “historiador” que se proponía en la instancia.
José Jesús aporta que en la capillita de la Virgen de la Guía que existió hasta hace no mucho en la esquina del sitio donde estaba la Puerta de Madrid, en el final de la calle Real, figuraba escrita una alusión a ésta con la denominación de calle Mayor y nos preguntamos si es cierto que antes de los nombres políticos que llevó últimamente, se la llamaba Real o Mayor.
Hablamos después de la magnífica exposición de FUNCAVE sobre Alejandro Ferrant y su relación con Illescas, y de la charla con que acompañó su inauguración Felipe, nuestro contertulio, con un trabajo excepcional de proyecciones de detalles del cuadro de la fundación del Hospital por Cisneros. Reclamo yo otra exposición parecida dedicada a Manuel de Vega y me contesta Felipe que no ha conseguido encontrar documentación, ni en los archivos de la Fundación, ni fuera.
Comentamos también la reproducción tallada en madera del cuadro de Ferrant, y el busto de Manuel de Vega, obras de Pelayo, que figuraban en la misma exposición. Justifica éste haber policromado el busto por las dificultades para conseguir el parecido que ocasionaban las vetas de la madera. Y nos reta a encontrar unas herramientas que también pasan desapercibidas en el cuadro.
Se extiende Pelayo a continuación relatando su vida, (que ya mereció una tertulia casi monográfica) su experiencia como maestro de tallistas y la falta de consideración de los illescanos con su obra y su persona, en comparación con la que goza en la comarca y en otros ámbitos. La justifica el mismo con las otras facetas de su trayectoria vital – auténtico único empresario del baile y del cine en el pueblo durante mucho tiempo – que nos han hecho olvidar su calidad como artista de la madera. Se queja también de la falta de agradecimiento de muchos colectivos - asociaciones, quintos, cofradías,,,- del pueblo a la disponibilidad de sus locales e intentamos contrarrestar su pesimista impresión, haciéndole ver el cariño de que goza.
A preguntas de alguien se explica la utilidad de la “nube electrónica” para guardar archivos sin consumir memoria en los ordenadores personales, y cuando estábamos contemplando las posibilidades de las nuevas impresoras en tres dimensiones, nos dan las diez y previo pago del escote, nos despedimos hasta la próxima que corresponde el 9 de marzo en el lugar y hora habituales.
Cuando llego se está hablando de cualidades de los distintos tipos de cerveza, sin que lleguen a formalizarse opiniones que pueda recoger.
Después empezamos a comentar las calles de Illescas y nos planteamos quién era Joaquín Altolaguirre que tiene dedicada una en la zona norte del casco antiguo. Dice María Luisa, que era vecina suya, que era el esposo de doña Concha "la andaluza" (también muy amiga de mi madre) pero que desconoce su profesión y la causa por la que se le dedicó una calle. Internet no ha aportado nada, aunque hay un poeta con el mismo apellido. Se alude a que en él (internet) se ha encontrado datos de un ingeniero de nombre José y además de una señora a la que nadie conoce llamada Carolina Altolaguirre Guisasola que formó parte de una mesa electoral de aquí en el 1969. Parece que fue en esa fecha aproximadamente cuando se puso la placa del nombre de la calle. También dice María Luisa que en esa misma casa (la que cierra la plaza de Cisneros) vivió mi tío, el doctor Ángel Carmena (casado con alguien mucho más joven que él de nombre Isabel) que después se traslado a ejercer en Baena de Córdoba, donde (aporto yo) en Semana Santa se enfrentan a base de tambores, los "colinegros" y los "coliblancos". Habría que solicitar a Mónica, la archivera que busque mas información de cuando se le dedicó la calle.
Reparto luego croquis de la zona al sureste del arco Ugena, donde se producen cinco adarves, es decir calles que no tienen salida, en un espacio relativamente restringido. Se me hace notar que dicho espacio contenía tierras de varios propietarios que las fueron construyendo sucesivamente para obtener su mayor edificabilidad. No existía entonces en el Ayuntamiento una planificación que hubiera hecho más lógica la urbanización de esta zona del pueblo. El adarve, invento de las ciudades árabes para permitir grandes manzanas, ganando seguridad pues su entrada se cerraba por las noches, ya está representado en Illescas por los de la Graja, el Corralón y el Tesoro que recordemos. También se alude como original, a la calle Herradura cuyo trazado de esta forma aproximada, tiene dos accesos a una única calle.
Tengo después registrado en mis notas las palabras "Godo" y "Se llama el paño francés" cuyo contexto no recuerdo. Un poco más adelante ocurre igual con las palabras “La mezcla de matemáticas con la vida. 364 escalones”. Se piden excusas (me voy haciendo viejo) y colaboración para el que recuerde de lo que se habló.
Pasamos después a ver en una "tablet" el caprichoso trazado de las calles Gaudí y Ancora que confluyen en medio de las tierras de labor en un un conjunto de construcciones con algo de arbolado (es lo que se ve desde el camino y en Google maps) cuya existencia debe ser lo que justifica dar el nombre de calles a los que son dos caminos sin la menor urbanización que convergen allí al sureste del pueblo. Fernando Alejo sugiere que pudiera ser una fábrica de botones de alguien con nombre italiano (¿Cocalini?) que, al construirse la autopista de Toledo, que pasa cerca, se trasladó a otro polígono industrial. Por qué se les dio el carácter de calle se ignora, aunque se añade, que también ocurre lo mismo con la calle de Miguel Delibes.
Aporta Miguel Ángel que en las puertas de las murallas solía haber un espacio despejado a su izquierda. La razón: los escudos se han llevado históricamente siempre en esta mano y las espadas en la derecha. Y genera una discusión pues parece que han existido espadas que sólo servían para pinchar, no para cortar y otros detalles que no recuerdo. Despierta general escepticismo una cita de Miguel Ángel diciendo que los soldados (¿íberos?) portadores de espada llevaban al lado dos auxiliares para arreglársela en caso de que se deformara...
Se comenta la curiosidad de que se diera el nombre de Illescas a un hermano del inca Atahualpa y se justifica porque su nombre era Quiliscacha que el cronista estimo complicado castellanizándolo con el nombre de nuestro pueblo. Cuento yo la historia de Pedro Illescas que ya ha sido objeto de atención en la tertulia. Esclavo negro, naufrago en las costas del actual Ecuador en el siglo XVII, llegó a alcanzar tal poder en las tribus locales que el Virrey tuvo que pactar con él y darle un gobierno al no poder vencerle.
Rozando las normas internas de la Tertulia, alguien profetiza que los musulmanes volverán a mandar en España dada la diferencia de las tasas de natalidad con la actual de las españolas. Todo ello en relación con la presencia de esclavos negros en la baja Edad Media.
Se leen los párrafos que dedica Romo a la idiosincrasia de los illescanos sin que se produzcan comentarios. Y volvemos al tema de las calles. Se han producido cambios en su nomenclatura incluso después de la publicación de su libro. Yo aprovecho para informar de mi visita al Alcalde como primer firmante de la instancia en que solicitábamos una calle para Romo. En nombre del equipo de gobierno me comunicó que tenían la decisión de cambiar las placas de la calle de la Lechuga, por unas nuevas en las que figurara dicho nombre pero añadiendo debajo “dedicada a don Francisco Romo de Arce Torrejón”, procedimiento que desean se convierta en habitual (como ya viene siendo en otras poblaciones) para honrar la memoria de quienes se pretenda destacar. El acuerdo merece la aprobación de los contertulios y con ello queda también zanjada una discusión (por mensajes informáticos) que se produjo con Felipe por la redacción del acta anterior respecto del adjetivo “historiador” que se proponía en la instancia.
José Jesús aporta que en la capillita de la Virgen de la Guía que existió hasta hace no mucho en la esquina del sitio donde estaba la Puerta de Madrid, en el final de la calle Real, figuraba escrita una alusión a ésta con la denominación de calle Mayor y nos preguntamos si es cierto que antes de los nombres políticos que llevó últimamente, se la llamaba Real o Mayor.
Hablamos después de la magnífica exposición de FUNCAVE sobre Alejandro Ferrant y su relación con Illescas, y de la charla con que acompañó su inauguración Felipe, nuestro contertulio, con un trabajo excepcional de proyecciones de detalles del cuadro de la fundación del Hospital por Cisneros. Reclamo yo otra exposición parecida dedicada a Manuel de Vega y me contesta Felipe que no ha conseguido encontrar documentación, ni en los archivos de la Fundación, ni fuera.
Comentamos también la reproducción tallada en madera del cuadro de Ferrant, y el busto de Manuel de Vega, obras de Pelayo, que figuraban en la misma exposición. Justifica éste haber policromado el busto por las dificultades para conseguir el parecido que ocasionaban las vetas de la madera. Y nos reta a encontrar unas herramientas que también pasan desapercibidas en el cuadro.
Se extiende Pelayo a continuación relatando su vida, (que ya mereció una tertulia casi monográfica) su experiencia como maestro de tallistas y la falta de consideración de los illescanos con su obra y su persona, en comparación con la que goza en la comarca y en otros ámbitos. La justifica el mismo con las otras facetas de su trayectoria vital – auténtico único empresario del baile y del cine en el pueblo durante mucho tiempo – que nos han hecho olvidar su calidad como artista de la madera. Se queja también de la falta de agradecimiento de muchos colectivos - asociaciones, quintos, cofradías,,,- del pueblo a la disponibilidad de sus locales e intentamos contrarrestar su pesimista impresión, haciéndole ver el cariño de que goza.
A preguntas de alguien se explica la utilidad de la “nube electrónica” para guardar archivos sin consumir memoria en los ordenadores personales, y cuando estábamos contemplando las posibilidades de las nuevas impresoras en tres dimensiones, nos dan las diez y previo pago del escote, nos despedimos hasta la próxima que corresponde el 9 de marzo en el lugar y hora habituales.
Fernando Elena Díaz
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